Descubriendo el Reiki
Lo primero que habría que destacar sobre el Reiki, hablando tanto como un apasionado de esta disciplina y no solo como el bloguero César, es que se trata de una técnica milenaria japonesa destinada al equilibrio físico, emocional y mental de la persona. Se realiza a través de la imposición de manos sobre sectores del cuerpo o incluso sin necesidad de tocarlo físicamente. Muchos pueden considerarla como algo esotérico o new age, pero lo cierto es que tiene una base sólida y científicamente comprobada en la medicina oriental tradicional.
Lo que el Reiki hace es aprovechar la energía vital universal, algo que todos portamos dentro, para ayudarnos a mejorar nuestros males físicos y, especialmente, los asociados a nuestra salud mental. Además, permite una amplia sensación de bienestar general y una mayor resistencia al estrés. Pero no nos adelantemos, habrá tiempo para adentrarnos en cada uno de estos aspectos.
¿Cómo funciona el Reiki para nuestra salud mental?
La concepción oriental del mundo y de la medicina sostiene que cuerpo y mente están íntimamente conectados, de forma que un trastorno en uno puede evidentemente afectar al otro. Por ello, el Reiki se aplica tanto a nivel físico como mental, con el objetivo de que la persona pueda obtener un estado de salud integral. Pero ¿existe algún sustento científico para estas afirmaciones? Sí, lo hay. Aunque aún faltan estudios más extensos y contundentes, diversas investigaciones han logrado demostrar efectos positivos del Reiki sobre la salud mental.
El Reiki ayuda en la gestión del estrés, la ansiedad y la depresión. Además, puede contribuir a una mejora del sueño y un aumento de la concentración y la claridad mental. Esto se logra a través de la canalización de la energía vital para liberar bloqueos y tensiones que generan malestar emocional y físico. También permite llegar a un estado de serenidad y paz interior que se traduce en una mayor armonía y equilibrio en nuestra vida. ¿Cómo es esto posible? Buena pregunta.
El Reiki y el estrés
Antes mencioné que el Reiki es especialmente efectivo en la gestión del estrés. Esto se debe a que, al trabajar sobre nuestra energía vital, el Reiki tiene la capacidad de evocar una respuesta de relajación profunda en nuestro cuerpo. Esta respuesta contrarresta los efectos nocivos del estrés, ayudándonos a recuperar un equilibrio mental saludable y fortaleciendo nuestra capacidad de manejar situaciones de alta tensión.
Ahora bien, entiendo que estas afirmaciones puedan sonar algo místicas o esotéricas para quien no está familiarizado con el tema. Así que permítanme contarles una pequeña anecdota personal a modo de ejemplo. Como humano, también tengo días en los que el estrés se me sube a la cabeza y se nota implacable. En esos días, algo que me ayuda es tomarme un respiro, un momento de calma, sentarme en mi sillón favorito y pedirle a Kimba, mi gato siamés, que se acurruque junto a mí. Y mientras Kimba ronronea a mi lado, tomo unas cuantas respiraciones profundas y practico un poco de autoproyección de Reiki. Puede sonar sencillo, pero su efecto es tremendamente relajante.
Gestionando la ansiedad y la depresión
De manera similar a como lo hace el estrés, la ansiedad y la depresión también pueden ser aliviadas con el uso del Reiki. Su práctica genera una sensación de serenidad y calma, permitiendo a la persona manejar mejor sus emociones y frenar los pensamientos intrusivos que suelen surgir en situaciones de ansiedad o depresión.
El Reiki promueve la liberación de emociones reprimidas y facilita la autoconciencia. Esto puede ser de gran ayuda cuando intentamos conocer y entender la raíz de nuestro malestar emocional. Al igual que he mencionado con el estrés, puedo dar fe de su efectividad en primera persona. Durante un periodo de mi vida, cuando estaba sufriendo ansiedad, encontré en el Reiki un alivio enorme y una herramienta poderosa. Al aprender a canalizar mis energías y liberar las tensiones que mantenía, experimenté un renovado sentido de calma y control sobre mi vida.
Obteniendo un sueño más relajado y un mayor enfoque
A pesar de que pasamos casi un tercio de nuestras vidas durmiendo, la calidad del sueño se ve comúnmente afectada por el estrés y el ritmo acelerado de vida moderno. Aquí es donde entra en juego, una vez más, el Reiki. Esta técnica permite lograr un estado de relajación profunda que favorece la conciliación y mantenimiento del sueño. De esta manera, podemos lograr un descanso verdaderamente reparador y despertar más frescos y renovados.
Por otro lado, la concentración y la claridad mental también pueden verse beneficiadas por la práctica del Reiki. Vivimos en una sociedad donde la distracción constante es la norma y donde nos vemos empujados a hacer múltiples tareas al mismo tiempo. En este escenario, mantener un enfoque claro puede ser un desafío. Además, el Reiki promueve una conexión más profunda con nosotros mismos y con nuestro entorno, lo cual contribuye a una mayor claridad mental y concentración.
Para concluir, reitero que la práctica del Reiki no es milagrosa, ni pretende sustituir a las terapias médicas tradicionales, pero sí puede ser un complemento fantástico para mantener y mejorar nuestra salud mental. Y si hasta aquí no se han convencido, les diré que el mismísimo Einstein afirmaba que todo es energía. Así que, ¿por qué no intentar sacarle el máximo provecho?
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