Ejercicios de respiración para reducir el estrés y sentirte mejor

¿Te sientes agobiado o con falta de energía? Con solo unos minutos al día, unos ejercicios de respiración pueden cambiar tu estado. No necesitas equipo ni espacio amplio, solo sentarte cómodo y prestar atención a tu aire.

Respiración diafragmática: la base de todo

Este método usa el diafragma para llenar los pulmones de forma completa. Siéntate con la espalda recta, coloca una mano en el pecho y la otra en el abdomen. Inhala lentamente por la nariz contando hasta cuatro, dejando que el abdomen se eleve. Luego, exhala suavemente por la boca contando hasta seis. Repite ocho veces. Notarás cómo el pecho se mantiene quieto y el abdomen se mueve, lo que indica que estás respirando profundo.

Practica este ejercicio al despertar o antes de una reunión importante. Ayuda a bajar la presión arterial y a centrar la mente. Además, es ideal antes de un masaje, porque prepara tu cuerpo para recibir la presión de forma más relajada.

Respiración 4‑7‑8 para dormir mejor

Si el insomnio es tu enemigo, prueba la técnica 4‑7‑8. Inhala por la nariz durante cuatro segundos, retén la respiración siete segundos y exhala por la boca lentamente durante ocho segundos. Repite el ciclo tres o cuatro veces. Esta secuencia envía señales de calma al sistema nervioso, facilitando el sueño.

Hazla justo antes de acostarte o cuando notes que tu mente da vueltas. Es fácil de recordar y no requiere entrenamiento previo.

Otro ejercicio rápido es la respiración en caja (box breathing). Inhala contando hasta cuatro, mantén el aire cuatro segundos, exhala cuatro y vuelve a mantener cuatro. Repite cinco veces. Es útil en momentos de ansiedad, como antes de hablar en público.

Incorpora estos ejercicios en tu rutina diaria: mientras esperas el café, al subir al metro o entre tareas de trabajo. La constancia es clave; con práctica notarás menos tensión muscular y mayor claridad mental.

Recuerda que la respiración es una herramienta gratuita que siempre está a tu alcance. No necesitas ser experto, solo prestar atención y seguir los pasos. Empieza con cinco minutos al día y ajusta según te sientas. Verás cómo mejora tu concentración, tu humor y tu capacidad de recuperación después del ejercicio o del masaje.

¿Te animas a probar? Elige una técnica, pon el temporizador y siente la diferencia. Tu cuerpo y mente te lo agradecerán.