Acupresión y Yoga: combina dos técnicas para aliviar tensiones

Si buscas una forma sencilla de soltar la presión del día a día, juntar acupresión y yoga puede ser la respuesta. No necesitas equipos caros ni años de experiencia; basta con unos minutos al día y la disposición de escuchar a tu cuerpo. En esta guía te explico qué es cada práctica, por qué funciona mejor juntas y cómo empezar sin complicaciones.

¿Qué es la acupresión?

La acupresión es una técnica milenaria que consiste en aplicar presión con los dedos, las palmas o incluso con herramientas suaves sobre puntos específicos del cuerpo. Estos puntos forman parte de los mismos canales que usa la acupuntura, pero sin agujas. Al presionar, se estimula la circulación sanguínea y el flujo de energía, lo que ayuda a reducir dolor, calmar la ansiedad y mejorar la movilidad.

Los puntos más usados para el estrés son el "Hegu" (entre el pulgar y el índice) y "Yintang" (entre las cejas). Unas cuantas pulsaciones firmes, de 5 a 10 segundos cada una, pueden bajar la frecuencia cardíaca y dar una sensación de relajación profunda.

Integrar la acupresión en tu práctica de yoga

Cuando vas a la esterilla, tu cuerpo ya está preparado para estirarse y respirar. Añadir acupresión antes o durante la sesión potencia esos efectos. Por ejemplo, antes de iniciar una postura de equilibrio, presiona el punto "Neiguan" (en la muñeca) para calmar la mente y mejorar la concentración. Mientras mantienes la postura, puedes hacer pequeñas masajes en los músculos de las piernas para liberar la tensión acumulada.

Otra opción es cerrar la práctica con una fase de "auto‑masaje": con las piernas cruzadas, aplica presión suave en los puntos "Zusanli" (lado de la rodilla) y "Sanyinjiao" (detrás de la tibia). Eso ayuda a que la sangre vuelva a fluir y evita que te sientas rígido después del entrenamiento.

Combinar ambas técnicas aporta tres beneficios claros: 1) Alivio inmediato de dolores musculares; 2) Mejora de la respiración, pues el cuerpo está menos tenso; 3) Mayor conciencia corporal, ya que al tocarte descubres áreas que necesitaban más trabajo.

Para empezar, dedica 5 minutos a la acupresión antes de tu rutina de yoga. Elige dos o tres puntos que te resulten cómodos y presiona de forma constante. Luego, sigue con una serie de posturas suaves como "Gato‑Vaca" o "Postura del niño". Verás que la transición entre movimiento y reposo es más fluida.

Evita errores comunes: no presiones con fuerza excesiva, no applies la técnica sobre áreas inflamadas o heridas, y no sustituyas la acupresión por una sesión completa de yoga si tu cuerpo está muy cansado. La idea es sumar, no sobrecargar.

Al final de la semana, evalúa cómo te sientes. Si notas menos rigidez en la espalda, menos episodios de cabeza ligera o simplemente más energía, sigue ajustando la rutina. Puedes probar nuevas combinaciones, como acupresión en la zona lumbar antes de la postura del perro boca abajo, o usar un rodillo de espuma para complementar la presión.

En resumen, acupresión y yoga forman un dúo práctico y accesible para cualquier persona que quiera cuidar su cuerpo y mente sin gastar mucho tiempo ni dinero. Experimenta, escucha tus sensaciones y disfruta del proceso de sentirte más relajado y equilibrado cada día.