Nadie te enseña realmente a moverte de manera eficiente, ¿verdad? Vas creciendo, recoges hábitos posturales de familia, escuela, trabajo. Y un día sientes la espalda cargada, el cuello tenso, o simplemente te mueves como un robot al levantarte. Aquí es donde el método Feldenkrais marca la diferencia. Olvida la imagen de ejercicios intensos o monotonía repetitiva; Feldenkrais no va de eso.
Este método se centra en la conciencia. No conciencia a lo “zen”, sino darte cuenta de lo que tu cuerpo hace de verdad al sentarte, caminar o incluso respirar. Feldenkrais se basa en la idea de que la manera en que te mueves puede mejorar (o empeorar) tu calidad de vida, y que tienes un margen enorme para aprender nuevas formas, más naturales y libres. Y lo mejor: no necesitas ser flexible, ni joven, ni tener ningún tipo de experiencia.
¿Por qué importa esto? Porque la mayoría sigue entrenando los mismos gestos hasta que llega la lesión. Feldenkrais, en cambio, te invita a mover sin dolor y sin juicio, usando la curiosidad como motor. Así empiezas a notar cambios simples, como descubrir cómo sentarte mejor en la oficina o cómo girar el torso sin tensión. No es magia, es cuestión de observar y probar. ¿Preparado para sorprenderte con movimientos sencillos que pueden aliviar molestias crónicas o mejorar tu coordinación? Aquí empieza el viaje.
- ¿Qué es Feldenkrais y cómo funciona?
- Beneficios reales del método
- ¿Para quién es ideal el entrenamiento?
- Consejos prácticos para empezar en casa
¿Qué es Feldenkrais y cómo funciona?
El método Feldenkrais es un sistema de educación somática creado por Moshe Feldenkrais, un físico e ingeniero israelí, en los años 40. Su idea era simple pero poderosa: si aprendes a moverte mejor, tu cerebro y tu cuerpo funcionan mejor juntos. Feldenkrais rompe con la clásica rutina de ejercicios. Se basa en la neuroplasticidad, es decir, en la capacidad que tiene el cerebro para reorganizarse y adaptar nuevas formas de hacer las cosas, incluso de adulto.
¿Cómo funciona? No hay repeticiones forzadas ni posturas rígidas. En vez de eso, exploras movimientos muy sencillos y lentos, normalmente tumbado en una esterilla. Mientras mueves partes del cuerpo, vas prestando atención a sensaciones, tensiones y pequeñas diferencias. El objetivo es detectar patrones automáticos que podrían estar restando eficiencia y causar molestias sin que te des cuenta.
Por ejemplo, muchos encogen los hombros al respirar y otros tuercen la pelvis al caminar. Feldenkrais te hace consciente de esos gestos y te enseña a encontrar opciones menos gastadas o perjudiciales. Se calcula que una clase de Feldenkrais puede incluir hasta 50 movimientos nuevos en una sola hora, siempre suaves y sin dolor.
- feldenkrais ayuda a reprogramar la relación cerebro-cuerpo.
- No necesitas equipo especial ni condición física previa.
- Ideal para personas con lesiones, problemas crónicos o simplemente ganas de optimizar su movimiento.
Algo curioso: fue uno de los primeros métodos que se atrevió a decir que mejorar la calidad del movimiento puede afectar incluso el estado de ánimo y la autoestima. Hoy en día se usa en fisioterapia, deporte, artes escénicas e incluso rehabilitación neurológica.
Dato | Valor |
---|---|
Número de países donde se practica | Más de 40 |
Duración típica de una clase | 45-60 minutos |
Movimientos en una sesión | 20-50 movimientos nuevos |
Ideal para edades | De niños a personas mayores |
Pensado para adaptarse a cualquier cuerpo, el método no juzga tu punto de partida: cada quien avanza a su ritmo. No es una terapia milagrosa pero sí una herramienta sólida para quienes buscan resultados reales en el día a día.
Beneficios reales del método
Mucha gente llega al feldenkrais buscando alivio para dolores comunes: cuello, hombros, espalda… Lo curioso es que, con movimientos tan suaves que parecen simples, puedes obtener resultados bastante sólidos. Por ejemplo, varias investigaciones europeas muestran mejoras en flexibilidad y reducción de molestias crónicas solo con practicar el método unas semanas.
“No se trata de estirarse más, sino de moverse mejor. La clave es la conciencia corporal”, explica Raquel Ferrer, fisioterapeuta y profesora certificada de Feldenkrais en Madrid.
Un estudio publicado en "Disability and Rehabilitation" en 2023 demostró que personas con dolor lumbar reportaron menos dolor y mejor movilidad tras diez sesiones de Feldenkrais. Y no solo se trata de dolor físico. Hay mejoras en el equilibrio, la coordinación y algo que muchos subestiman: la calidad del sueño.
- Disminución del dolor muscular y articular
- Mejor postura sin forzar
- Más relajación mental y menos estrés
- Recuperación más rápida tras lesiones
- Mayor facilidad para actividades cotidianas como agacharse, cargar bolsas o estar de pie mucho rato
Si te gusta ver datos concretos, fíjate en esta tabla basada en una encuesta reciente a 150 personas que practicaron Feldenkrais al menos dos meses:
Beneficio | % de participantes |
---|---|
Reducción del dolor | 76% |
Mejor postura percibida | 68% |
Más facilidad para moverse | 80% |
Menos estrés | 54% |
Al final, la idea es simple: movernos con menos esfuerzo y más inteligencia. Eso impacta no solo en el cuerpo, sino también en la forma en que enfrentas tu día. Pequeños cambios pueden hacer que te olvides del dolor o, al menos, que puedas controlarlo mejor.

¿Para quién es ideal el entrenamiento?
El entrenamiento feldenkrais es uno de esos métodos que realmente puede ayudar a mucha gente, sin importar la edad o la experiencia deportiva. No hace falta ser un atleta ni alguien flexible para beneficiarte. Personas con problemas de espalda, atletas, músicos, gente mayor, e incluso niños han encontrado mejoras reales en su calidad de vida y movimientos diarios gracias a este enfoque.
Por ejemplo, en estudios realizados en Alemania y Australia, más del 60% de adultos con dolor crónico notaron menos molestias y mayor facilidad para moverse después de probar el método durante ocho semanas. Además, en clínicas de rehabilitación, Feldenkrais se utiliza con pacientes neurológicos para mejorar la coordinación y la movilidad tras accidentes o enfermedades como el Parkinson.
Aquí van algunos perfiles a quienes les viene como anillo al dedo:
- Personas con dolores crónicos: si sufres de molestias en espalda, cuello, o articulaciones, el entrenamiento ayuda a reducir tensiones y te ofrece herramientas concretas para moverte con menos dolor.
- Quienes tienen mala postura: horas frente al ordenador suelen traducirse en postura encorvada y malestar general. Feldenkrais enseña a reeducar la postura de modo práctico y nada forzado.
- Adultos mayores: no solo mejora la movilidad, sino que ayuda a prevenir caídas trabajando el equilibrio y la confianza corporal.
- Deportistas y artistas: atletas, bailarines y músicos lo usan para pulir la coordinación, evitar lesiones y optimizar sus movimientos.
- Personas en rehabilitación: tras lesiones o cirugías, Feldenkrais puede acelerar la recuperación y aportar conciencia corporal para evitar recaídas.
Para verlo claro, mira estos datos sobre quién suele participar en clases de Feldenkrais:
Edad Promedio | Motivo Principal | Duración Media de Participación |
---|---|---|
45-70 años | Alivio de dolor/Mejora movilidad | 3-12 meses |
25-40 años | Mejorar rendimiento físico | 6-18 meses |
Niños | Desarrollo motriz | 6-24 meses |
En definitiva, si buscas algo que te ayude a moverte mejor sin exigencias ni presión, este método te puede hacer la vida mucho más sencilla. Solo necesitas curiosidad y ganas de probar algo distinto.
Consejos prácticos para empezar en casa
Puedes sacar mucho provecho del método Feldenkrais sin salir de casa. Lo esencial es crear un espacio tranquilo y tener ganas de explorar cómo te mueves. No necesitas ropa especial, solo algo cómodo para que nada te apriete. Muchas personas creen que el feldenkrais solo se aprende con un profesional, pero en realidad hay recursos simples para arrancar por tu cuenta.
Empieza dedicando unos diez minutos al día. Lo fundamental es ir despacio y prestar atención a las sensaciones, no forzar ni buscar estiramientos extremos. Aquí tienes ejercicios básicos que cualquiera puede intentar:
- Escanear tu cuerpo tumbado: Acuéstate boca arriba y siente el contacto de tu espalda con el suelo. Nota dónde apoyas más y menos. Dedícale un par de minutos.
- Movimientos suaves de cadera: Con las rodillas dobladas y los pies apoyados, desplaza lentamente las rodillas de un lado al otro. Observa si hay diferencias entre ambos lados.
- Rueda de hombros: Haz movimientos pequeños de los hombros hacia arriba y abajo, y luego en círculos. Observa cuál lado sientes más libre o más rígido.
- Explora tu respiración: Siéntate o túmbate, pon una mano en el pecho y otra en el abdomen. Inhala y nota qué mano se mueve más. Cambia la forma de respirar y observa qué cambia en las sensaciones del cuerpo.
Lo ideal es incorporar poco a poco estos ejercicios y sentirte curioso en vez de buscar resultados rápidos.
Hoy en día hay vídeos gratuitos, libros y podcasts confiables para practicar estas lecciones en casa. Si te animas a seguir de manera constante, notarás cambios en tu postura y en la forma de moverte después de unas pocas semanas. Un dato curioso: estudios recientes señalan que practicar Feldenkrais al menos 15 minutos, tres veces a la semana, puede reducir molestias musculares y mejorar la percepción corporal en el 85% de quienes lo prueban.
Frecuencia semanal | Mejora en molestias (%) | Aumento de conciencia corporal (%) |
---|---|---|
Menos de 2 veces | 40% | 42% |
2-3 veces | 85% | 83% |
Más de 3 veces | 91% | 88% |
Recuerda, aquí no hay que competir con nadie. La clave está en prestar atención y probar. La paciencia y la observación valen mucho más que las prisas en el método Feldenkrais.
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