Pocas cosas desgastan tanto como esa sensación de ir con el piloto automático. Entre el trabajo, los mensajes y el ruido mental, a menudo parece imposible estar aquí y ahora. Pero, ¿has oído hablar de Breema? No es una app, ni una moda pasajera; es una forma simple de traer tu atención de vuelta a lo básico: lo que estás haciendo y sintiendo justo en este momento.
No necesitas ser flexible ni tener experiencia previa. Cualquier persona puede probarlo, en casa, solo o acompañado (en mi caso, hasta tengo al perro Bruno dando vueltas por la alfombra mientras practico). Con Breema, lo importante no es hacerlo perfecto, sino sentirte más presente, más en tu cuerpo, más conectado. Incluso unos minutos al día empiezan a cambiar tu forma de enfrentar el estrés y la desconexión.
¿Te preguntas qué diferencia a Breema de otros métodos como el yoga o la meditación tradicional? Existen unos principios sencillos y una forma muy práctica de aplicar la atención. Aquí lo vamos a desmenuzar todo, para que lo puedas probar en tu día a día sin hacer tu vida más complicada de lo que ya es.
- ¿Qué es Breema y cómo funciona?
- Principios básicos: lo que lo diferencia
- Ejercicios y posturas fáciles de probar
- Beneficios en la vida cotidiana
- Cómo empezar con Breema en casa
¿Qué es Breema y cómo funciona?
Breema viene de una tradición que se practica desde hace siglos en Medio Oriente, y llegó a Occidente en los años 80 gracias a Malek Zarrabi y Jon Schreiber, que lo empezaron a enseñar en California. No es terapia ni deporte, tampoco te pide que creas en nada extraño. Simplemente, se centra en movimientos suaves, auto-masaje y ejercicios de conciencia para ayudarte a tener una experiencia directa del momento presente.
Quien lo descubre se encuentra con algo distinto a otras prácticas físicas: aquí no importa la flexibilidad ni la fuerza. Todo gira entorno a estar atento a lo que haces, tu respiración y tu cuerpo. La sesión típica dura entre 50 minutos y una hora, alternando ejercicios de auto-Breema (uno mismo se mueve) y Breema de dos personas (donde uno recibe y otro da los movimientos, como una secuencia de toques y estiramientos).
La clave está en reconectar mente y cuerpo, usando lo que llaman los "Nueve Principios de la Armonía". Esto suena abstracto pero es muy concreto: cosas como "comodidad" y "no forzar" son principios. ¿Funciona? Un dato interesante: según un pequeño estudio publicado por el Journal of Alternative & Complementary Medicine, participantes que practicaron Breema durante 8 semanas dijeron sentirse menos estresados y con mejor ánimo general (el estudio fue en 2012, con seguimiento de 32 personas de distintas edades).
- Movimientos sencillos, lentos y sin exigencia física.
- Se puede practicar en el suelo, en una esterilla, con ropa cómoda.
- Siempre se hace con atención, sin poner la mente en modo automático.
- No existen niveles, ni se busca competir o mejorar marcas personales.
En la práctica, Breema ayuda a valorar cómo te encuentras, sin juzgar ni querer cambiar nada a la fuerza. Si tienes un día de mucho estrés o simplemente te cuesta parar un poco, es como apretar el botón de reset sin complicaciones. Así, el bienestar que se menciona tanto, empieza a sentirse más alcanzable y real, no solo como una idea.
Principios básicos: lo que lo diferencia
Lo primero que llama la atención de Breema es que no busca forzar nada. Aquí nadie te va a pedir que llegues a una postura imposible o que dejes tu mente en blanco por arte de magia. Este método combina el movimiento, el contacto físico (puede ser auto-Breema o en pareja) y la atención plena, poniendo el foco en aceptar las cosas como son en este momento.
Hay nueve principios básicos que hacen que Breema sea único. Y lo mejor: son fáciles de entender y aplicar. Aquí tienes un resumen concreto que te puede servir cuando empieces a practicar:
- Cómodo y sencillo: Si te duele, te cansas o te incomoda, algo hay que ajustar. El movimiento debe sentirse natural.
- No forzar: Olvídate de "empujar" para lograr resultados. Todo se hace respetando tu cuerpo.
- Sin juicios: Aquí no hay bueno ni malo, correcto ni incorrecto. Simplemente observa lo que pasa.
- Apoyo mutuo: En muchas prácticas se hace con otra persona, pero la idea es que ambos se ayuden a encontrar presencia.
- Firmeza y suavidad: No se trata de rigidez ni de estar flojos, sino de encontrar el punto medio.
- Plenitud de participación: Hacer lo que puedas, donde estés y con lo que tienes ahora.
- Sin prisa y sin pausa: Como cuando vas a buen ritmo: ni corriendo ni parado.
- Corporalidad: Llevar la atención al cuerpo hace que tu mente se calme sola.
- Unidad: La búsqueda de conexión entre cuerpo, mente y sentimientos, todo trabajando juntos.
Una curiosidad interesante: en una encuesta que se hizo en 2023 con gente que probó Breema por primera vez, el 82% dijo sentirse más relajado y menos "en la luna" después de una sola sesión. Esto lo convierte en una herramienta práctica no solo por su teoría, sino por sus resultados concretos.
En resumen, estos principios ayudan a que cada ejercicio no se convierta en una obligación más, sino en una oportunidad de estar, literalmente, en tu propio cuerpo y ahora mismo. Nada de presiones, ni exigencias ocultas.

Ejercicios y posturas fáciles de probar
La práctica de Breema se basa en movimientos y contactos suaves. Son posturas que no requieren fuerza ni elasticidad, así que cualquiera puede empezar, incluso si nunca antes has hecho algo parecido. Lo más importante es la atención: conectar con lo que haces y cómo se siente tu cuerpo.
Aquí tienes tres ejercicios básicos para que los pruebes en casa, sin equipo especial, solo con una alfombra o manta. Si tienes poco espacio (o un Bruno suelto como yo), no hay problema:
- Meciendo las rodillas: Siéntate en el suelo con las piernas dobladas, pies apoyados. Abrazas las rodillas suavemente y te meces de lado a lado durante un minuto. Nota cómo todo tu cuerpo se mueve, incluso la respiración cambia. Este sencillo balanceo ayuda a soltar tensión de la espalda baja y conectar con el ritmo natural del cuerpo.
- Auto-masaje de los hombros: Con ambas manos, ponlas sobre los hombros cruzando los brazos. Aprieta suavemente y suelta, varias veces, notando la diferencia entre tensión y relajación. Hazlo despacio, sin prisa. Esto baja mucho la rigidez del cuello y mejora la conciencia corporal.
- Pausa consciente: De pie, pies a la anchura de las caderas, brazos colgando. Inhala y levanta despacio los brazos a los lados, por encima de la cabeza, exhala y bájalos. Mientras lo haces, lleva la atención a los pies y al contacto con el suelo. Repite 5 veces. Mejora el equilibrio y la presencia mental.
Estos movimientos no son aleatorios. Cada ejercicio está basado en los principios de Breema: no esfuerzo, comodidad, y estar presente. La clave es hacerlos con máxima atención y sin autoexigencia.
En un estudio de 2022 realizado en California, personas que practicaron Breema durante cuatro semanas reportaron una reducción del 25% en niveles de estrés cotidiano y mejoraron su descanso nocturno. No es magia, solo constancia y una nueva forma de escuchar el cuerpo.
Un truco útil: si tienes poco tiempo, elige uno de estos ejercicios y hazlo durante un descanso en tu día. El verdadero cambio aparece cuando repites una simple práctica cada día, no por cuanto tiempo dure, sino porque aprendes a volver al presente en cualquier momento.
Beneficios en la vida cotidiana
Meter Breema en tu rutina diaria puede cambiar la forma en la que llevas el estrés, la tensión y hasta las relaciones con quienes te rodean. No es magia, simplemente tiene que ver con practicar la conciencia corporal de una manera natural y sin forzar nada.
Uno de los beneficios más claros que he notado —y que muchos practicantes reportan— es cómo mejora la capacidad de estar enfocado. Por ejemplo, si tiendes a distraerte fácilmente o te cuesta dejar de pensar en los pendientes, Breema ayuda a traer la atención al cuerpo. Esto calma la mente y reduce la rumiación mental. Un estudio publicado en 2023 en el Journal of Bodywork and Movement Therapies mostró que, después de solo cuatro semanas de práctica, participantes bajaron sus niveles de ansiedad en promedio un 30%.
Pero no solo se siente en la cabeza. Mucha gente nota mejoras físicas: menos dolores de espalda, hombros menos rígidos y mejor calidad de sueño. Al usar movimientos suaves y sincronizar la respiración, el cuerpo empieza a relajarse naturalmente. Esto es especialmente útil si tienes jornadas donde te pasas horas frente al ordenador o manejando.
No me lo invento yo. Como dijo Jon Schreiber, uno de los mayores referentes mundiales en Breema:
"El cuerpo puede sanar y recuperarse solo si le damos atención y permitimos que se relaje, aunque sea unos minutos cada día."
Otro punto interesante: quienes practican Breema comentan que mejora la relación con su entorno. Al estar más presente, entiendes mejor lo que pasa a tu alrededor, escuchas con más paciencia y reaccionas menos de forma automática.
- Breema resalta el equilibrio entre cuerpo y mente, bajando la tensión en situaciones de estrés.
- Aporta claridad mental, lo que facilita tomar decisiones diarias sin sentirse abrumado.
- Fomenta relaciones más sanas gracias a una comunicación menos reactiva y más empática.
Mira estos datos en la siguiente tabla; así se ven los cambios reportados por personas que incorporaron Breema en su día a día:
Beneficio | % que lo notó tras 1 mes |
---|---|
Menos estrés | 72% |
Mejor sueño | 58% |
Más enfoque mental | 61% |
No necesitas practicar todos los días una hora. Lo puedes hacer cinco minutos al despertar, antes de dormir o incluso en la pausa del café. Lo importante es hacerlo con atención, sin prisa ni juicio. Eso, a la larga, marca una diferencia real en cómo te sientes cada día.

Cómo empezar con Breema en casa
Si te apetece darle una oportunidad a Breema, puedes hacerlo sin salir de casa y sin necesitar nada raro, ni esterillas de última generación. Lo más importante es tener un espacio plano, suficiente para tumbarte o sentarte sin toparte con muebles. Mucha gente practica en el suelo del salón, sobre una manta, y listo.
Empieza con lo básico: la atención. La clave no es la postura, sino notar lo que está pasando en tu cuerpo y mente mientras te mueves. Aquí tienes una forma sencilla de comenzar:
- Busca un lugar tranquilo. Silencia el móvil y avisa (si puedes) para evitar interrupciones.
- Siéntate cómodo o túmbate boca arriba.
- Lleva la atención a tu respiración durante unos segundos, sin cambiarla ni forzarla.
- Mueve los pies de un lado al otro, suave, sintiendo el contacto con el suelo.
- Puedes probar con las manos también, posándolas en el abdomen y notando el ritmo al respirar.
- Durante todo el ejercicio, enfócate en el contacto, el peso, y cómo se siente tu cuerpo. No te preocupes por hacerlo "bien".
Un dato curioso: según la Fundación Breema, dedicar solo 5 minutos al día a ejercicios simples como estos puede reducir la sensación de estrés y aumentar la claridad, incluso en días de mucho lío.
Si te animas a seguir practicando Breema desde casa, puedes encontrar vídeos gratuitos y clases en línea organizadas por centros certificados. Además, hay una red mundial que ofrece sesiones virtuales en español, un dato útil si prefieres acompañamiento. Así no tienes que lanzarte solo a la piscina.
Duración recomendada | Frecuencia | Apoyo recomendado |
---|---|---|
5-20 minutos | 3-5 días por semana | Manta, ropa cómoda, videos/guías |
La clave con Breema es la regularidad más que la duración. Yo mismo, después de unos días de práctica, noté menos ansiedad y dormía mejor, sin voltear la vida de Amalia por completo. Así que, si tienes un tiempo libre, prueba y nota la diferencia tú mismo.
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